Por qué prescribe un delito
La prescripción de los delitos está presente en la mayoría de los sistemas legales del mundo y su finalidad es proporcionar un marco temporal claro y razonable para la persecución del delito.
Pero, a menudo, resulta confuso y difícil de comprender para personas que no están familiarizadas con el derecho penal (y también para algunas que sí lo estamos), pues supone que la infracción penal y su autor/res dejan de ser perseguidos.
Por ello, trataremos de aportar de forma llana algo de luz sobre el concepto legal de la prescripción, cuál es su propósito y qué implicaciones tiene tanto para los acusados como para las víctimas.
Concepto de prescripción de un delito.
La prescripción es un límite temporal que impide a los tribunales condenar al autor de un hecho criminal si transcurre un plazo determinado de años sin haber sido enjuiciado.
El caso más habitual de que esto ocurra es porque el responsable del ilícito no haya sido identificado o atrapado.
Si llegase a ser descubierto tras el plazo de prescripción, o incluso si el propio culpable confesara, ya no podría ser juzgado y, por lo tanto, no recibiría ningún tipo de castigo por esos hechos.
Por qué existe el límite de la prescripción
El objetivo de la prescripción es garantizar un equilibrio entre la necesidad de impartir justicia y las garantías jurídicas.
Por una parte, los hechos pueden volverse difusos con el transcurso de los años, los testigos podrían olvidar detalles relevantes o no podrían ser llamados a declarar (por fallecimiento, enfermedad grave…) y las pruebas pueden deteriorarse.
Establecer un límite temporal protege al acusado de ser juzgado en un contexto donde las pruebas podrían no ser fiables al haberse visto comprometidas por el paso del tiempo. Además, la prescripción fomenta que las instituciones judiciales actúen con diligencia evitando que los procesos se dilaten indefinidamente.
Por otro lado, y no sin polémica, se entiende que una persona no puede vivir indefinidamente con la amenaza de ser procesada por un delito y que el paso del tiempo desvirtúa las funciones de la pena (de reparación del daño causado, de evitación de la reiteración delictiva y de reinserción del penado).
Plazos de prescripción en España
Los plazos para la prescripción de los delitos en España están regulados en el artículo 131 del Código Penal y se determinan de la siguiente manera:
- Veinte años: Para delitos cuya pena máxima sea prisión de quince años o más.
- Quince años: Para delitos cuya pena máxima sea inhabilitación por más de diez años, o prisión por más de diez y menos de quince años.
- Diez años: Para delitos cuya pena máxima sea prisión o inhabilitación por más de cinco años y que no exceda de diez.
- Cinco años: Para los demás delitos, excepto los delitos leves y los delitos de injurias y calumnias, que prescriben al año.
Además, se establece que los delitos de lesa humanidad, genocidio y delitos contra personas y bienes protegidos en conflictos armados no prescriben en ningún caso, como tampoco lo harán los delitos de terrorismo que causen la muerte de, al menos, una persona.
Muchos países tienen sistemas similares pero con diferencias. Por ejemplo, en Estados Unidos los plazos de prescripción varían significativamente entre estados y tipos de ilícito. Algunos delitos graves, como homicidios, pueden no tener un plazo de prescripción, mientras que otros delitos menores pueden prescribir en menos de 5 años.
Otro ejemplo: en Francia los delitos graves como el asesinato tienen un plazo de prescripción de 30 años, mientras que los delitos menores prescriben en 3, existiendo también disposiciones especiales para ciertos delitos que no prescriben.
Críticas y desafíos de la prescripción
La figura de la prescripción no está exenta de críticas, sobre todo desde el punto de vista de las víctimas, que pueden percibirla como un mecanismo que juega a favor del criminal para salir indemne.
Esa sensación de impunidad resulta especialmente dolorosa en casos de agresiones sexuales o asesinatos y llega a trasladarse a la opinión pública si el caso recibe la atención de los medios de comunicación.
Además, muchas víctimas de delitos como los antes citados consideran que, aunque el tiempo haya pasado, el daño no prescribe. Para estas personas, sin una condena, la sensación de injusticia es desoladora.
Y tú, ¿qué opinas?
Si quieres dar tu opinión o hacer algún aporte sobre las cuestiones que trata esta entrada, te leo en el apartado de comentarios y te invito a que compartas el artículo. ¡Gracias! 🙂