El círculo de Canter: dónde vive el asesino
La teoría del círculo de Canter es obra del psicólogo británico David Victor Canter (Liverpool, 4 de enero de 1944) y podríamos definirla, de forma muy escueta, como un análisis cartográfico que busca localizar a un criminal partiendo de las ubicaciones en las que lleva a cabo sus delitos.
Se basa en la premisa de que los lugares en los que un delincuente comete sus fechorías suelen guardar una relación con su propio domicilio o con algún lugar de importancia vital o emocional para él.
Por lo tanto, analizando las localizaciones de los crímenes, el círculo de Canter puede determinar, con un alto porcentaje de acierto, la zona aproximada en la que el autor de los mismos reside. En la actualidad, esta es una de las herramientas más utilizadas a la hora de desarrollar un perfil geográfico que ayude a la captura de asesinos en serie y otros delincuentes que actúen siguiendo patrones espacio-temporales.
Aunque la información que proporciona la perfilación geográfica no es precisa, si no aproximada, resulta de gran importancia para, por ejemplo:
⇒ Determinar áreas de búsqueda.
⇒ Inferir futuras zonas de actuación del criminal
⇒ Priorizar la investigación sobre determinados sospechosos.
Cómo se dibuja el círculo de Canter
1) Se marcan en un plano los puntos en los que haya actuado el criminal.
2) Entre esos puntos, hay que identificar los dos más distantes entre sí.
3) Se traza una línea recta entre esos dos puntos.
4) Se dibuja una circunferencia utilizando esta recta como diámetro.
Según los datos obtenidos por David Canter en los estudios que realizó, el autor de los delitos reside dentro de esa circunferencia en un porcentaje de ocasiones que ronda el 75-80%.
En uno de esos estudios, Canter analizó 45 casos de agresores sexuales múltiples, resultando que 39 de ellos residían dentro del círculo que dibujaba el desarrollo de su teoría.
El círculo no es infalible: merodeadores y viajeros
Canter no descarta que un criminal pueda actuar en zonas que queden fuera del círculo de su teoría, pero cree que las probabilidades de que esto ocurra son menores.
Estima que es mucho más probable que el delincuente se aleje de su residencia lo suficiente como para evitar que le reconozcan, pero no demasiado, para sentirse seguro en un terreno que conoce y poder regresar a su guarida tras consumar el crimen. A estos primeros, los que residirían dentro de su círculo, les dio el nombre de “merodeadores” (en inglés, marauders). Por contra, denominó como “viajeros” (commuters) a aquellos delincuentes que se desplazaban lejos de sus domicilios para perpetrar sus fechorías.
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Interesantísimo artículo. Gracias 🙂
Gracias a ti por pasarte por aquí y comentar ¡Un abrazo!
Muy interesante tema, gracias
¡Gracias a ti! 🙂